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Faisán Vulgar                                        

El Faisán común (Phasianus colchicus) es una especie de avegalliforme de la familiaPhasianidae originaria de Asia, pero que ha sido introducida en diversas partes del mundo por su interés cinegético.

Los faisanes tienen la cola larga. La hembra es marrón con estrías oscuras. El macho tiene el cuerpo cobrizo, el cuello púrpura verdoso iridiscente con reflejos metálicos de tonalidad azul oscuro. Al comienzo del cuello, en el pecho y en la zona ventral encontramos plumas de color rojo-violáceo, co­brizo y dorado, con estrías de tonalidad violeta oscuro. Las alas son de color tabaco rojizo y su dorso es de color castaño. En la parte inferior de la cola las plumas son rojizas y se encuentran combinadas con un plumaje dc color verdoso.

En la parte superior de la cabeza el faisán común posee dos penachos de pluma en forma de óvalos. También suele presentar un collar blanco y una mancha de piel roja alrededor de los ojos. En la cola existen estrías transversales sobre un fondo de color verde oliva. Las dos plumas centrales se encuen­tran bastante desarrolladas. Eran originarios de Asia, pero paulatinamente se introdujeron en otros partes del mundo. En su medio natural, viven en las praderas abiertas y en los bosques.

Como otras gallináceas, el faisán pasa gran parte del tiempo en el suelo a pesar de su capacidad de vuelo, la que normal­mente demuestra cuando se ve amenazado por algún peli­gro o bien cuando desea posarse sobre algún árbol.

Con frecuencia muere en el sitio o zona donde ha na­cido, de la cual puede alejarse durante el día en busca de ali­mento pero adonde siempre retorna al caer el sol.

El faisán es una especie que se defiende mal de sus ene­migos, sean estos los cazadores o diversos tipos de ali­mañas.

En los meses del otoño emigra o bien realiza ciertos desplazamientos realmente breves, con el fin de encontrar un mejor abastecimiento de agua y alimentos. Se alimenta de diversos tipos de hierbas, granos, bayas, frutos, insectos, gusanos, babosas y lagartijas. Los granos, las hierbas y los animales son su alimento durante los meses de primavera y verano, en tanto las bayas y los frutos cons­tituyen su dicta preferida en los meses de otoño e invierno.

Cuando los faisanes viven en un régimen de semi­cautiverio, los responsables de su cuidado le proporcionan una alimentación adecuada a sus gustos y necesidades de forma que los ejemplares se mantengan en buenas condiciones fí­sicas y de salud, hechos importantes para garantizar exce­lentes trofeos de caza a quienes gustan de realizar batidas en esos terrenos. Además, estos cuidados hacen que la po­blación de faisanes se mantenga en la zona acotada y no busque otros territorios donde satisfacer sus necesidades.

El entorno donde habitan los faisanes, debe contar con bosques de árboles altos y sotobosque, con abundancia de bayas y de arbustos, encontrándose en las cercanías de cam­pos cultivados y de estanques o cursos de agua.

El faisán, considerado normalmente un ave de cría, resulta muy apto para la reproducción en condiciones de libertad o semi-cautiverio, siendo una condición indispensable para ello que el entorno resulte adecuado para el grupo de faisa­nes que habitan en la zona elegida. Son polígamos. Los faisanes machos suelen tener entre 6 o 10 hembras, comenzando el periodo de celo a mediados del mes de marzo, durante el cual los machos pelean encarnizadamente por la posesión y control de las hembras de la bandada.

El periodo de máxima fecundidad de las hembras es relativamente breve, ya que, a partir del quinto año de vida, las hembras pierden progresivamente su fertilidad.

Suelen anidar en los margenes de los bosques, prados o campos donde habitan y se produce la puesta hacia mediados o finales de abril.

La hembra pone un huevo cada dos días, terminando la puesta en el mes de mayo, teniendo lugar la primera eclo­sión en el mes de junio. Cuando la primera nidada es destruida por algún motivo, suele tener lugar una segunda puesta pero el número de huevos es significativamente menor que en la primera.

Una vez que los polluelos han abandonado el huevo, los pequeños faisanes son capaces de seguir a su madre y a los 20 días pueden encaramarse a los árboles. No obstante, mientras la estación lo permite pasan la noche en el suelo.

La primera muda tiene lugar después que los pequeños han cumplido los dos meses de vida, en el mes de septiembre, y, tras este cambio, los polluelos ostentan ya el plumaje de su sexo.

Entre las enfermedades que con más frecuencia atacan a los faisanes se encuentran las producidas por los gusanos intestinales y parásitos. Una de las más serias es la singamo­sis, habitual parasitosis entre las aves de cría, pero también son relativamente frecuentes la enteritis, la coccidiosis, la ornitosis y la difteria, producidas por microorganismos in­fecciosos de tipo bacteriano o vírico.